Compartir
Crecer a cielo abierto Salud colectiva y psicosocial de infantes, escolares y adolescentes de familia recicladoras
Soliz Torres, María Fernanda; Caldas Hidalgo, Carol; Enríquez Cárdenas, Doménica; Monge Chiguano, Melissa; Ortiz Jaramillo, Paola (Autor)
·
Universidad Andina Simón Bolívar
· Tapa Blanda
Crecer a cielo abierto Salud colectiva y psicosocial de infantes, escolares y adolescentes de familia recicladoras - Soliz Torres, María Fernanda; Caldas Hidalgo, Carol; Enríquez Cárdenas, Doménica; Monge Chiguano, Melissa; Ortiz Jaramillo, Paola
52,28 €
55,03 €
Ahorras: 2,75 €
Elige la lista en la que quieres agregar tu producto o crea una nueva lista
✓ Producto agregado correctamente a la lista de deseos.
Ir a Mis Listas
Origen: Ecuador
(Costos de importación incluídos en el precio)
Se enviará desde nuestra bodega entre el
Viernes 12 de Julio y el
Jueves 25 de Julio.
Lo recibirás en cualquier lugar de España entre 1 y 5 días hábiles luego del envío.
Reseña del libro "Crecer a cielo abierto Salud colectiva y psicosocial de infantes, escolares y adolescentes de familia recicladoras"
En Ecuador, 30 000 familias se dedican al oficio del reciclaje. De estas, aproximadamente
el 60 % trabaja o vive en basurales —botaderos o vertederos— a cielo abierto. Estos
espacios estatales son transformados en espacios comunitarios de los que se obtienen
inicialmente recursos para la autosuficiencia (valor de uso) y gradualmente, con la venta
del material reciclable, un valor de cambio (mínimo, en la mayoría de los casos ni siquiera
llega a la mitad de un salario básico).
El botadero de Portoviejo es —como en muchas otras ciudades del país y del Sur
global— el territorio comunitario que garantiza la reproducción social y material de
más de cuatrocientas familias recicladoras. En ese retazo de bosque seco basurizado y
escondido en el liliputense país de la mitad del mundo, están, cual paradoja de Epicuro,
los olvidados de Dios y del Estado. Ahí comienza y termina el mundo.
En el basural se pare, se nace y se muere. Ahí te enamoras, haces vida, amigos e
historia. Ahí crecen a cielo abierto cientos de niñas y adolescentes. El botadero es en
muchos casos lo primero y lo único que conocen. Sin derechos, se encuentran confinados
en guetos modernos, apartados de los beneficios de la globalización y, por el contrario,
convertidos en los residuos humanos que nacen de ella. Sus cuerpas encarnan sacrificial-
mente los resultados de la segregación territorial, racista y clasista, impuesta por las
lógicas de precarización de la vida y de contaminación metastásica de la naturaleza.
El botadero responde a la paradoja de Epicuro con la frase de Paulo Freire: “Nadie
se salva solo, nadie salva a nadie, todos nos salvamos en comunidad”. El vertedero, en
tanto centro de los guetos modernos, ha favorecido los espacios de organización y
resistencia, materializando un hito indispensable para el
nacimiento del movimiento reciclador: el paso del individuo
basurizado, raquítico, expulsado y guetizado, al sujeto colectivo,
resiliente, con capacidad de organización y representación
política.
El basural es, ante todo, un territorio habitado, el espacio
social de recreación, organización y comunitarismo, la base de
un oficio que transgeneracionalmente ha contribuido a reparar
el metabolismo sociedad-naturaleza.