Reseña del libro "Querido hermano: Cartas del capellán de la reina"
La autora, siguiendo el ejemplo de Virginia Woolf en Una habitación propia, crea un personaje femenino para mostrar la situación de desventaja en que vivían las mujeres en los siglos XVI y XVII. De la misma manera que la escritora inglesa le crea una hermana a William Shakespeare para responder a la pregunta de por qué no hay genios en la historia con nombres femeninos, en este libro aparece una hermana imaginaria del capellán de la reina Juana I de Castilla, heredera de los Isabel la Católica en el reino de Castilla. En la novela se entrelazan acontecimientos de la historia oficial sobre don Diego Ramírez de Villaescusa, con otros imaginados de los que no hay memoria escrita pero sí huellas o claves interpretativas en los monumentos existentes en Villaescusa y en las obras escritas por él.Diego Ramírez de Villaescusa fue una figura señera en la Corte de los Reyes Católicos desde su nombramiento como capellán Mayor de su hija Juana. Con ella viajó a Flandes, donde ofició su boda con Felipe el Hermoso. En la corte borgoñona realizó labores de espionaje hasta su regreso a Castilla con los príncipes herederos. Acompañó también a doña Juana en su recorrido por los pueblos de la meseta detrás del cortejo fúnebre de su esposo y luego la visitó en Tordesillas durante los largos años de retiro forzado. Reformador de la universidad de Salamanca y escritor de diálogos renacentistas, entre otras actividades, pasó de ser el presidente de la Chancillería de Valladolid, el más alto tribunal de justicia de la época, a ser condenado por comunero. Tuvo que huir a Roma con el papa Adriano VI para escapar de las represalias del emperador Carlos V, a quien había bautizado en Gante. Sara, la protagonista, por el hecho de ser mujer, no puede estudiar en la universidad ni conseguir el poder y el protagonismo histórico que alcanzará su hermano en la Corte. Sin embargo, pese a estos obstáculos, accederá a otro tipo de conocimientos, una sabiduría más profunda que la que se enseña en las universidades de la época. Su abuela la iniciará en los secretos de la cábala, a través de cuya práctica alcanzará un desarrollo humano e intelectual que la convertirá en interlocutora válida de los escritores y sabios de la época. Ella será el contacto de don Diego con la gente sencilla de su pueblo, Villaescusa de Haro y quien encauzará sus ambiciones para que beneficien a los más humildes.
